Cementerio de los Curros - Romano Antigüedades (Alcalá de Guadaíra)
La Expo del 92 se convirtió en una auténtica efemérides para la ciudad hispalense. 215 hectáreas de modernidad y vanguardia que acogieron a 15,5 millones de visitantes. En concreto, contó con un presupuesto de 1104 millones de euros para sacarle brillo a la ciudad en un evento que cambiaría para siempre la imagen que desde fuera se tenía de Sevilla. Y de Andalucía.
El protagonista de aquel momento, Curro, sobrevive en Romano Antigüedades, en Alcalá de Guadaíra, junto a otros elementos que conformaron la Exposición Universal. Más de cien Curros se encuentran hacinados en el popular «Cementerio de los Curros», todavía sonriendo y saludando a quienes se pasan a recordar a esta carismática figura.
En concreto, son parte de los balancines para niños instalados a lo largo de la Cartuja y que, por entonces, tuvieron bastante éxito. Funcionaban insertando una moneda de cien pesetas y tanto el asiento donde iba subido el niño como el propio Curro se mecían a la par. Por su singularidad, es uno de esos lugares que no parece que esté en Sevilla pero tampoco en ningún otro lugar del mundo.