Mausoleo Gayarre (RONCAL)
El mausoleo de Gayarre, de Mariano Benlliure
Mármol y bronce para la inmortalidad
El mausoleo consta de dos cuerpos bien diferenciados:
El inferior, realizado en mármol blanco de Carrara, descansa sobre una escalinata y simula un falso sarcófago profusamente decorado con niños cantores que portan filacterias con los nombres de las óperas más exitosas de Gayarre, guirnaldas y bucráneos. En el frente queda la bellísima figura de la Música que, rota por el dolor, se desploma sobre la escalinata y apoya la cabeza en el sarcófago ocultando su rostro. En el lado opuesto se descuelga hasta el suelo un telón de ópera que, simbólicamente, cae tras la última función, en cuya cenefa podemos leer los nombres de Donizetti y Rossini, cuyas composiciones interpretó el tenor roncalés.
La composición estática del cuerpo inferior contrasta con el mayor dinamismo que Benlliure imprime a la parte superior, fundida en bronce, donde las figuras alegóricas de la Armonía y la Melodía izan en sus manos el figurado féretro del tenor, decorado con bajorrelieves de putti, grupos florales y motivos musicales, que acompañan a la inscripción: “Julián Gayarre 1890”. Sobre el sarcófago, el genio de la Fama se inclina apoyando la cabeza cerca del féretro, en un intento de seguir escuchando “la voz de ángel”, detalle psicológico de gran acierto por el hermoso sobrenombre con que se conoció a Gayarre.
En la obra queda de manifiesto el dominio técnico del escultor, hábil intérprete de un lenguaje que conjuga clasicismo, escultura renacentista, romanticismo tardío y modernismo.
El mausoleo de Julián Gayarre supone el inicio de la escultura funeraria en la producción de Benlliure, y es el único en el que no aparece efigiado el difunto, pues su significado quedó confiado al simbolismo, como afirmaba el propio escultor: “es la única obra en la que no aparece el retrato, todo lo dicen las figuras”.