Monasterio de las Huelgas - Burgos
Monasterio de Sta. María La Real de Las Huelgas
Nota: Entradas disponibles para público general a la venta en web y en las taquillas físicas siempre el que aforo diario no esté completo
HORARIOS
De Martes a Sábado. Mañana: 10:00 - 14:00, Tardes: 16:00 - 18:30
Domingos y festivos. 10:30 - 15:00
Cierre taquillas y acceso al Monasterio una hora antes
Cierre semanal: lunes
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Días de cierre 2023
- 1 de enero: cerrado en jornada completa
- 6 de enero: cerrado en jornada completa
- 7 de abril: cerrado en jornada completa
- 16 de junio: cerrado en jornada completa
- 29 de junio: cerrado en jornada completa
- 24 de diciembre: cerrado en jornada completa
- 31 de diciembre: cerrado en jornada completa
- Además de los cierres ya previstos, puede haber cierres adicionales motivados también por la celebración de actos oficiales que puede consultar en la lista de cierres por actos oficiales
Aperturas extraordinarias
- 6 de abril abierto hasta las 15:00
- 25 de julio abierto hasta las 15:00
- 15 de agosto abierto hasta las 15:00
- 12 de octubre abierto hasta las 15:00
- 1 de noviembre abierto hasta las 15:00
- 6 de diciembre abierto hasta las 15:00
- 8 de diciembre abierto hasta las 15:00
Duración aproximada de la visita guiada una hora
Precios de Visita
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Tarifa individual
Tarifa Única:
Visitantes que no puedan beneficiarse de la tarifa gratuita.
Acceso gratuito 0 €
(NOTA): Si su reserva es exclusivamente de entradas gratuitas, solo se podrán adquirir en taquillas.
Tarifa especiales de Grupos
Turísticos,
Agencias,
Grupos de Guías Oficiales de Turismo.
Algo de su Historia
La historia del Monasterio se inicia en 1187, cuando el rey Alfonso VIII y su esposa Leonor, deseosos de convertir este lugar en Panteón de Reyes y digno retiro de gran número de mujeres pertenecientes a la más alta aristocracia y la realeza, consiguieron, gracias al apoyo del Papa Clemente III y del Abad de Citeaux, Guido, llevar adelante una nueva fundación en Burgos, dando lugar al nacimiento del Monasterio de Santa María la Real de las Huelgas. La iniciativa fue muy bien acogida, convirtiéndose pronto en una realidad. Sin embargo, la idea de Alfonso VIII de hacer de este Monasterio, Cabeza y Matriz de todos los conventos femeninos cistercienses de Castilla y León, iba a traerle serios problemas y gran oposición por parte de los monasterios que ahora Huelgas pretendía poner bajo su control, dado que habían sido fundados con anterioridad. Perales, Gradefes y Cañas fueron los que se mostraron más reticentes con esta nueva fundación, así como aceptar como cabeza rectora a este monasterio recién fundado, teniendo en cuenta que todos debían prestar obediencia, como filiales que eran, al Monasterio de Tulebras, en Navarra, primer monasterio de monjas cistercienses españolas fundado en 1157.
El conflicto será largo y complicado, pero al final el rey conseguirá su propósito y en 1199, además de solucionar el problema, este Monasterio se incorporará a la Orden del Císter, poniéndose bajo la jurisdicción de la abadía de Cîteaux. A partir de estos momentos, las Huelgas constituirá una Congregación compuesta por los monasterios de Torquemada, Gradefes, Carrizo, Perales, San Andrés de Arroyo, Cañas y Fuencaliente, a los que se unieron, con el tiempo, los de Vileña, Villamayor de los Montes, Renuncio, Barría y Avia, siendo un total de doce abadías las afiliadas a este monasterio. Gozó, desde sus inicios, de la protección de Papas y Reyes, y en él, además de coronarse Alfonso XI y su hijo Enrique de Trastámara, se armaron caballeros Fernando III, Alfonso XI, Pedro I y Juan II.
El deseo de convertirse en un auténtico panteón funerario, no sólo de reyes sino también de nobles, pronto se haría realidad. Así entre los sepulcros más destacados, debemos señalar los del propio fundador, acompañados por sus reinas consortes e infantes de sangre real. Mención especial merecen los sepulcros de don Sancho, hijo de Fernando III el Santo y arzobispo de Toledo; la tumba de doña Blanca de Portugal y de doña Berenguela (hija de los fundadores), así como el sepulcro de don Fernando de la Cerda y de la infanta Leonor.