Palacio y Jardines de la Buhaira
Los orígenes de estos jardines se remontan al reinado de Al-Mutamid, famoso monarca del reino taifa sevillano, y su nombre proviene de la laguna que allí se situaba, al-buhayra, donde aquel situaría una serie de huertas de recreo que más adelante y bajo el mandato de Abu Yacub Yusuf serían ampliadas con miles de olivos, viñas, frutales y palmeras. En los siglos siguientes la zona pasaría de esta época de esplendor a un estado de ruina total y no será reforestado hasta el siglo XVI.
Después de un segundo período de decadencia, resurge a finales del siglo XIX, en el que se destruirán los últimos restos del palacio musulmán y se construirá el edificio regionalista existente en su interior. Sin embargo, el acoso urbanístico durante el siglo pasado fue acuciante, hasta que la decisión de las autoridades locales de recuperar su uso histórico permitió plantear un diseño algo inusual en el entorno de Sevilla. Los jardines quedaron definitivamente inaugurados en 1999, acometiéndose además obras de puesta en valor de los restos islámicos que quedaban y añadiendo unos jardines de estilo musulmán.
No obstante, la parcela original, ante la necesidad de apertura de la avenida que lleva su nombre para comunicar dos grandes arterias de comunicación de la ciudad, Eduardo Dato y Ramón y Cajal, quedó dividida en dos, obligando a la separación de los jardines en dos zonas diferentes entre las cuales pasa la calle de nueva apertura.
Los jardines quedan así dispuestos en dos áreas. Por un lado, encontramos el Jardín de Palacio, respondiendo a un orden que combina lo orgánico con lo geométrico y una segunda área de los jardines, conocida como Jardín de la Historia.
Este conjunto declarado Bien de Interés Cultural alberga las ruinas del Palacio de la Buhaira, la alberca, la portada de las Almenas, la puerta de San Agustín, la calle Nueva y la portada de Tejaroz.
A día de hoy es un centro cívico en el que tienen lugar las noches de verano un ciclo de representaciones teatrales y líricas en el mes de julio.
- La entrada al palacio puede estar sujeta a otros horarios y a la necesaria compra de entradas.