Senderismo Ruta Tirma (Gran Canaria)
Una cuenca legendaria, un pinar milenario y unas vistas monumentales. La cuenca de Tirma es un espacio natural que guarda una parte muy importante de la historia natural de la isla y de nuestra propia especie. A mitad de la carretera que conecta el pueblo de Artenara con el pinar de Tamadaba, en la Degollada Honda, nos encontramos con la Casa de Arriba, vivienda actualmente abandonada. Es en este punto donde comienza nuestro recorrido. La mayor parte de esta ruta la realizaremos utilizando la pista forestal que parte junto a la misma casa. En el primer tramo atravesaremos las tres hoyas principales que conforman la cabecera de la cuenca, Pinos Dulces, El Vaquero y El Laurel. Es un trayecto fácil y cómodo que nos permite disfrutar especialmente, y sin apenas esfuerzo, de la variada flora que vive en el entorno de la propia pista y de muchas de las aves forestales que habitan el pinar canario. En el paso por la primera de las hoyas cabe destacar el rodal de pinos piñoneros que, al parecer, da nombre al lugar, en la del Vaquero contemplaremos la pequeña presa que lleva el mismo nombre y en la última de ellas merecen atención los árboles relícticos del bosque termófilo que hace no demasiado tiempo ocupara este espacio. El siguiente punto a reseñable es la Finca de La Marquesa, propiedad del cabildo. Un espacio agrario que atesora un rico patrimonio etnográfico de entre el que merecen especial atención las casas de piedra, los jardines y los alpendres. En el barranquillo contiguo, el de Guguy, subsiste un pequeño bosquete donde destaca la presencia de algunos almácigos y palmeras de considerable porte y una enorme y vieja sabina. Continuando la pista llegaremos a un primer cruce, se trata del desvío que nos conducirá hasta la crestería que divide las cuencas de Tirma y El Furel, una degollada donde afloran los azulejos que dibujan el contorno de la primigenia Caldera y que encontramos entre los materiales que sirvieron para la construcción de las viviendas que vimos en La Finca. Bajo este punto se localiza el pequeño conjunto troglodita de Cueva Nueva, creado en tiempo inmemorial y muy ligado a la vida de los pastores trashumantes. Desde la degollada continuaremos el ascenso por la pista hasta el acceso al Cortijo de Tifaracás, un cruce que ignoramos avanzando sobre la misma cresta por un camino que durante siglos usaron los vecinos de La Aldea y Artenara. Este sendero nos guiará a través de la Meseta de Carreño hasta alcanzar nuevamente el pinar, que esta vez recorreremos haciendo cumbres. Azaenegue (Altavista), Risco Alto y Cruz de María son los hitos más destacables en el final de esta maravillosa ruta. Esta antigua arteria de comunicación nos acercará hasta las proximidades de la Degollada del Sargento, donde tomaremos el sendero que, en paralelo a la carretera de Tamadaba, conduce nuevamente al punto donde iniciamos la ruta, la Degollada Honda.
Dificultad media-alta
Duración 5 horas
Longitud 26,4 km