Supervivientes del medievo. Arte gótico en Las Encartaciones (1270-1530)
La muestra, que reúne 38 piezas de alto valor patrimonial entre retablos, figuras y pinturas, se sustenta en el trabajo realizado por el historiador Jesús Muñiz Petralanda sobre este antiguo periodo artístico que ha dejado una huella importante en el patrimonio de Bizkaia entre los siglos XIII y XVI.
En su versión más excelsa, el gótico dejó su sello en grandes catedrales del continente como Burgos, León, París o Milán. Estuvo también presente en Bizkaia con ejemplos arquitectónicos como la Catedral de Santiago (Bilbao) o las iglesias de Portugalete, Lekeitio o Balmaseda. Su rastro quedó patente también en pequeñas edificaciones de barrios y aldeas del territorio que, por desgracia, comenzaron a desaparecer a partir del siglo XVI al ser visto como un arte arcaico. Por ello, en ocasiones, las tallas y esculturas que conservamos en ermitas, iglesias y museos, suelen ser los últimos restos que nos quedan de aquel pasado gótico.
Las esculturas y tallas que se han localizado en Las Encartaciones, y que se podrán contemplar en la exposición son obras realizadas entre 1270 y 1530. Las más antiguas están cerca de cumplir 800 años. Las piezas proceden de iglesias y ermitas de Portugalete, Santurtzi, Muskiz, Barakaldo, Alonsotegi, Güeñes, Gordexola, Zalla, Balmaseda, Galdames, Sopuerta, Arcentales y Carranza. Algunas de ellas se encuentran depositadas actualmente en el Museo Vasco y el Museo de Arte Sacro quienes nos las han cedido para la exposición.
Las piezas han sido clasificadas en tres periodos (gótico Inicial, gótico Internacional y gótico Tardío) y abarcan los años que van de 1270 a 1530. Las piezas más antiguas –gótico Inicial- destilan poco movimiento y son todavía muy similares a las románicas. Destacan aquí seis “Andra Maris” de distintas iglesias o ermitas, y algunas piezas excelentes como La Magdalena de Taramona (Gueñes) o el San Bartolomé de Zaldu (Gordexola).
Las del gótico Internacional resultan ya más elegantes, con ropajes más delicados tal y como vemos en una pequeña virgen conservada en el Museo de Las Encartaciones, procedente de Illeta-Amabizkar, en Galdames, u otra que se trajo hace siglos del extranjero como una Santa Marina hecha en alabastro procedente de Inglaterra.
Finalmente, el gótico Tardío está representado por un buen número de piezas en las que vemos figuras con mucho más movimiento, donde los brazos se mueven, las manos se articulan y las piernas se adelantan. Sus ropajes son también más elaborados como podemos ver en el excelente San Miguel de Zalla, en el gran cuadro de la Virgen de la Pera procedente de Portugalete, o en delicadas obras de orfebrería originales de Zalla y Santurtzi.